4 actos de bondad al conducir para una movilidad segura
¿Sabías que un acto de bondad puede cambiar tu vida y la de los que te rodean? Solemos estar tan estresados y abstraídos con nuestros problemas que olvidamos que nuestras acciones afectan a los otros. Vemos con frecuencia a conductores y peatones en una guerra por la calle y las aceras, sin detenernos a considerar a las otras personas que transitan con nosotros. Es por eso que traemos estos pequeños pero significativos actos de bondad al conducir para hacer de nuestro traslado una experiencia más agradable y menos agresiva.
Cede el paso
Ser amable es siempre el mayor acto de bondad al conducir que podemos realizar, especialmente en situaciones como la lluvia o las horas pico, donde movilizarse se hace mucho más complicado. Dejar que un carro o moto pase o cruzar en una calle o avenida no tiene por qué ser una guerra a muerte donde sobrevive el más vivo: ceder el paso puede hacernos perder algunos segundos, pero evita la agresividad e incluso contribuye a mejorar el tráfico.
Bájale dos al corneteo
Tocar la corneta o hacer cambio de luces insistentemente para comunicarse con otros carros en medio del tráfico no nos hará llegar más rápido, por lo que evitarlo es uno de esos actos de bondad al conducir que no nos quita nada. Además de ser molesto y contribuir al caos, está comprobado que el corneteo suele ser agentes contaminantes. Con paciencia evitamos la agresividad y guardamos estas herramientas para momentos de peligro o emergencia donde sean realmente necesarias.
Guarda el celular
Cuando estamos #EnLaVía, tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos: nuestra seguridad, la de nuestros pasajeros y la de los otros peatones. Es por eso que otro acto de bondad al conducir es el de mantenerse pilas con los cinco sentidos en el volante y no en el celular, ya que está comprobado que un alto número de accidentes de tránsito ocurren mientras el conductor habla por teléfono o envía algún mensaje.
Sigue las normas
El mayor acto de bondad al conducir es actuar según las leyes y normas establecidas para el tránsito vehicular: estacionar donde es debido, respetar el semáforo y las señales de tránsito, no atravesarse en el rayado, mantenerse en el límite de velocidad, no adelantar autos, no ocupar el carril de forma indebida y alejarse de la #CurdaPeligrosa al manejar. Nuestra libertad termina donde empieza la del otro, y aunque el conductor de al lado no respete a los peatones, marcar el ejemplo puede representar un gran cambio en la vía.
Al final del día, la bondad al conducir solo requiere de paciencia, educación y colaboración. Todos creamos, en conjunto, nuestra movilidad, así que nada nos hace la vida más fácil que una conducción prudente y responsable.